Oscar Fingal O'Flahertie Wills Wilde

domingo, 30 de enero de 2011

El soplo divino.


Un viejo recuerdo, un homenaje al aire

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martes, 25 de enero de 2011

El Melómano.



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martes, 11 de enero de 2011

El hermano que no pedí tener.



Aeropuerto de Copenhagen, Dinamarca.  Llegadas internacionales 17:00 hrs, 6 grados bajo cero.  El vuelo número AF5690 proveniente del Aeropuerto Internacional Charles de Gaulle, París Francia. Mi hijo, nuestras maletas y yo salimos a la zona de recepción de los viajeros. Mis ojos buscaron la silueta tan familiar a mi memoria, pero fue él quién me encontró. Ahí estaba, detrás de mi, vestido de negro y disfrazado como personaje de South Park.  Le pregunté "¿cómo me reconociste? "ví una caja de huevo "el calvario" y escuche unos guajolotes...tiene que ser ella". Nos abrazamos con cariño fronterizo con la hermandad pura.

Flash Back. La primera vez que vi a Julio, fue en el año de 1990, yo tenía 14 años y él sólo contaba con 9. Era un insoportable, ruidoso y pateable escuincle con corte de cabello de Iván Drago y pantalones de MC Hammer que corría y destrozaba el mobiliario de mi casa en complicidad de mi hermano, el diablo encarnado de exactamente la misma edad. El primer recuerdo que tengo de Julio es mi propia imagen corriéndolo a gritos de mi habitación. 

Su rostro pálido, su pequeña estatura, su frágil constitución, así como su aparente inocencia, lo obligaron a desarrollar una maldad temprana, era eso o ser blanco de abuso de los chicos más grandes del barrio. Mi hermano y él se complementaron asombrosamente, ambos pequeños, pero con una creatividad para la maldad, que aún sigue siendo leyenda. Lo odié (así como a mi hermano) toda mi adolescencia. Nunca salía de casa y siempre se las ingeniaba para poner de pésimo humor a mi padre. O los encontraba viendo porno en la videocasetera o haciendo experimentos peligrosos con los líquidos y polvos que él usaba para las reparaciones domésticas. A pesar de que lo corría a gritos, que me burlaba hasta el cansancio de sus mocos escurriendo de su nariz, de sus estrambóticos looks noventeros, así como de sus espantosos cortes de cabello, él nunca me contestó de mala manera, nunca una grosería; simplemente me miraba y sonreía de esa manera tan  infantil que aún conserva.

Aprendió a tocar magistralmente la guitarra desde adolescente y botó la escuela, decidió meterse al Centro de la Imagen a estudiar Fotografía, pero por azares que ya a nadie importan, eligió el camino de la animación, efectos especiales, postproducción de cine, video y televisión como el vehículo ideal para su incansable creatividad.

Dejé de odiarlo al paso de los años, en lugar de ello aprendí a quererlo con amor profundo, tal como lo hago con mi hermano, crecimos prácticamente juntos y lo admiro como a poca gente en el mundo. Ha tenido el privilegio de tocar junto a maestros como John Zorn (San Idelfonso), Sonic Youth (Salón 21), Pauline Oliveros (Auditorio Blas Galindo) y Yoshida Tatsuia (Foro Alicia). Asistí a verlo tocar la guitarra cuando improvisaba free jazz en conocido bar capitalino, y lo visité en Barcelona, cuando realicé mi primer viaje trasatlántico.

Alejó de su vida a todo aquello que conocemos como arraigo: su familia, sus amigos, su casa, para embarcarse en una aventura que aún no termina. Su talento único lo ha llevado a trabajar para las agencias de publicidad más importantes de Europa. Ha vivido en Milán, Amsterdam, Barcelona y ahora Copenhagen.

Salimos del aeropuerto para tomar el metro de la ciudad, mismo que no cuenta con torniquetes, conductor, ni mucho menos dónde introducir los boletos. El primer voto de confianza al ciudadano. Tú sabes que debes comprar el boleto de viajero -que cuesta la friolera de 45 coronas (310 pesos mexicanos)- pero nadie te pide mostrar el boleto, nadie lo exige sin embargo, todos lo compran. Julio vive en las cercanías de la estación del metro Forum y el camino a su departamento nos regaló una bella estampa de la Ciudad. Copenhagen está adaptada calle por calle para el uso de las bicicletas. Los carriles para ellas privilegian a los automóviles, nadie les pone candados, pernoctan confiadas de que sus dueños volverán por ellas cuando estos salgan del trabajo, escuela o los bares. Ambos recordamos una anécdota que ya es célebre entre el grupo de amigos en común. Hace 8 años en una borrachera monumental en nuestro barrio, amanecimos todos en estado de ebriedad en casa de una chica a la que el “Choco” (impresentable sujeto) quería impresionar, ante la insistencia de la mayoría para preparar los chilaquiles que nos ayudaran al “bajón”, el “Choco” se ofreció a ir al mercado para comprar el epazote –ingrediente básico- para la preparación del manjar de marras, para ello, salió en bicicleta para regresar rápidamente. Pasó cerca de una hora y simplemente no llegaba. Cuando todos nos preocupamos en serio por él, tocó la puerta. La desoladora estampa que nos regaló cuando abrimos la puerta fue apoteósica: su rostro cubierto de lágrimas, un hilillo de sangre corriendo por su cuello y el epazote marchito sostenido fuertemente por una de sus manos, cual naturaleza muerta, aún nos arranca lágrimas de risa. Lo habían asaltado y quitado la bicicleta de la chica que a él le gustaba.  Esas historias no suceden en Dinamarca, aquí la violencia es igual a cero y no existe el vandalismo o el robo a mano armada, ni siquiera con una navaja como la que usaron con el “Choco”.


La primera imagen hilarante cortesía de este lugar, fue al salir de nuestro segundo bar en mi primera noche en la gélida ciudad, es impresionante como la gente toma prácticamente hasta la inconsciencia, pero nadie, absolutamente nadie se rompe la madre cuando se sube a su bicicleta para regresar a casa, incluso los que van acompañados y no pueden más con su humanidad, son llevados sanos y salvos, transportados en unidades adaptadas para llevar a un segundo pasajero recostado.



Julio me explicó que la cultura ecológica que permea en este lugar es absoluta. No reciclar la basura es prácticamente un delito que nadie desea cometer. En cada complejo habitacional se cuenta con 8 contenedores distintos para separar la basura y reciclarla en su mayoría. Si cometes la osadía de no hacerlo –por ejemplo- los vecinos dejan una nota bajo tu puerta y te invitan a no hacerlo más, te retiran el habla y si vuelves al camino del bien, vuelven a ser tan cálidos y amables tal y como es su naturaleza.

Mi visita de 10 días me mostró muchos contrastes en las costumbres y sociedad danesas. Caminando por sus hermosas avenidas en compañía de Julio aprendí a entender. En la Dinamarca invernal amanece a las 9 de la mañana y anochece a las 5 de la tarde, la luz del sol es un privilegio que los pueblos nórdicos agradecen con toda el alma. Aman el sol y hacen todo por disfrutarlo. La gente paga puntualmente sus impuestos, no obstante que cada ciudadano DEBE contribuir con el 50% de sus ingresos brutos, y aunque se lea desolador, no lo es. No pagan ni media corona más por servicios médicos, educativos, vivienda o seguridad. Sus impuestos tienen una alta valía, pero reciben una justa distribución de beneficios. Respetan al máximo el equilibrio natural de su sociedad, no contaminan, privilegian a la familia y sobre todo a los niños.


La avenida principal de la ciudad se llama Hans Christian Andersen, uno de los héroes más venerados de esas tierras. El Tivoli es el lugar más visitado por el ciudadano común así como por el turismo, su estructura de ensueño, sus hermosos jardines. Para el que no lo sepa, el Tivoli es un centro de juegos y diversiones espectacular. En esta ciudad hay más jugueterías que zapaterías o tiendas de ropa, hay más niños en la calle que autos en las avenidas. Legoland  es otro de los lugares consentidos por el pueblo en general. Entré a la juguetería más grande del centro para comprar los regalos de navidad a mi hijo de 6 años y me llevé algunas sorpresas. La primera es que no hay guardias de seguridad, puedes entrar llena de bolsas, subir a cada piso sin pagar tus juguetes  sin que nadie te mire con recelo. Eres libre como niño porque confían en ti. La segunda es que el 80% de los productos que contienen la juguetería son dirigidos a fomentar la creatividad de los infantes: dibujo, pintura, construcción, armado, modelado, diseño, etc. Casi no hay muñecos de acción, pero eso sí, hay muchos comics, tiendas enteras de ellos.




Una amiga me dijo que Dinamarca encabezaba la indigna lista de países que acostumbran la caza de focas, lo cuál me hizo reflexionar un punto. Obvio no estoy a favor de la matanza indiscriminada de esta especie, sin embargo, al menos no permiten que sus niños mueran quemados en guarderías, o de hambre en las coladeras ( podría argumentar).

Julio y yo recordamos nuestra infancia en el lejano barrio de nuestro pasado, los amigos en común, los imbéciles vecinos que aún sobrevivían, los borrachos sin remedio, las jóvenes promesas que resultaron los más tristes fiascos, las bellezas prostituídas, nuestros amores perdidos. Mi última noche en Copenhagen fue delicioso  insomnio. Mis últimas horas las pasé en sus brazos y su cama. Le pregunté cuando iba a terminar la carrera, la búsqueda frenética de la nada.

Me miro con esos ojos infantiles y media sonrisa, contestó que no sabía la respuesta . . . que hacían falta todavía China, Japón, Singapur, pero que por ahora Dinamarca estaba bien, por mucho tiempo más.  Lo alcancé en Barcelona una vez, otra en Copenhagen y si algo tenemos claro él y yo es que no importa en qué hemisferio se encuentre, en qué latitud o huso horario. Nos seguiríamos viendo, buscando, encontrando. Esa es nuestra mayor certeza.


Ya en México, me conecto a messenger, la ventana brillante se abre ante mis ojos. Es Julio, el mensaje simple: “Hola nena, te extraño. . .¿cuándo regresas?”

Yo sólo sonrío, la charla se antoja larga. 
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martes, 4 de enero de 2011

2010. Gratitud y amor sin secuencia.


Un nuevo año. No hay propósitos, pero si muchas iniciativas que parten de la pasión y de la razón. 2010 fue un año único porque tomé giros inesperados, arriesgados e incluso, temerarios. Nunca había sido tan estúpida, tal lista, tan contradictoria.

Decidí dejar de ser lo que creía para comenzar a ser lo que siempre he sido. En este año lastimé y me dejé lastimar arteramente, cometí errores garrafales, pero también tomé decisiones hartamente sabias. Entendí que puedo darme el lujo de equivocarme, de perdonarme, de perdonar. Permití la traición, pero no me traicioné a mí misma. Aclaré el sentido de mis pasos sin pisotear ninguna dignidad. Me atreví a escribir por primera vez en mi vida, así como tomar el riesgo de exponer mis letras para esperar lo peor. Lo gratificante es que sólo recibí lo mejor.

En este año, se enamoraron de mí 4 hombres y yo sólo de uno. La aritmética  y correspondencia fue irregular. Dejé ir para sólo recibir más. Convertí en ejercicio epistolar en el camino único para la comunicación con mis dragones, con mis demonios, con mis fantasmas ciegos, pero nunca sordos.

Observo que todos a mi alrededor hacen listas de propósitos, de desamores o desencantos. Nunca es tarde para agradecer, nunca es tarde para reflexionar. A final de cuentas, la única herida abierta que poseo, es inmune hasta a mis propios arrebatos.

No haré diferencias entre lo mejor y peor del año. Sólo agradezco, las mentadas de madre son personalísimas y por esta ocasión no las haré públicas. Cada quién se lleva su golpe, de cualquier modo mi seguro ha expirado. 

La secuencia es indistinta.

Ahí vamos

. Kasvin: gracias por tu sabiduría, por tus lágrimas, tu fortaleza y tu debilidad. En ti, amado hijo, encuentro lo mejor de mi. Eres mi reto, mi amor más grande, mi purgatorio.

. Tony: gracias por tu poesía, por tu sangre que fluye compartida. Eres parte de mi ADN, de mi historia. Eres mi futuro, el ahora.

. Ana: gracias por ser el espejo de mis peores pesadillas, gracias a ti me encontré acompañada y resonante. Tu corazón es único, eres cristal donde la luz ilumina de mil colores esto que aún no termina.

. Miguel: gracias por tus abrazos, por tu fe en mi, por tu confianza en verme florecer en algo más bello y resplandeciente.

. Rafa: gracias por enseñarme que la amistad también se sufre y se resquebraja. Que se pierde, que a veces  se gana. Que hay pausas y distancias necesarias para no permitir que se diluya lo que más vale.

. Antonio: gracias por las lágrimas, por el golpe del desencanto, por el amor que se fue. La enseñanza no termina, aún no está escrito el final.

. Alma: gracias por ayudarme a abrir el boquete de la creatividad y la caja de pandora. Gracias a ti encontré consuelo a mi secreto más grande. Jamás terminaré de agradecerte.

. Alicia: gracias güera, tu cariño es una cálida oleada de bondad. Me has secado las lágrimas, me has empujado a ser temeraria; a confiar en mi propio talento y a valorarme en toda mi grandeza.

. Jairo: pinche mil gracias por confiar en que mis obsesiones, mis filias e historias podían ser contadas y leídas.

. Fedro: ¿Cómo no agradecerte compadre amado? ¿Quién más que tú descubrió un sentido, una coherencia a mis letras, una pasión no explorada?

. Roberto: me enseñaste que las estrellas también sangran, son alcanzables y pueden adorarse en plenitud de humanidad.

. Clau: gracias por tu amor ilimitado, sin caducidad.

. Victor: amar duele, gracias por recordármelo.

. Eduardo: gracias por tu complicidad, por tu paciencia- presencia-prestancia, por tu amistad sin protagonismos.

. Ricardo: gracias a ti y  a tu adorada esposa, descubrí que el anonimato no siempre esconde tragos amargos, sino también extraordinarios seres humanos.

. Gabriel: gracias por enseñarme a decir adiós, a enamorarme locamente de las letras.

. Cinthya: gracias por tu dulzura, tu afecto incondicional, tu espíritu noble, tu franqueza demoledora.

. Fernando: gracias por permitirme mirar de cerca tu talento, por permitirme encontrar más allá de tu arte, por dejarme quererte como al amigo entrañable que eres ahora.

. Hugo: gracias por tus correcciones de estilo, por tu hospitalidad, por tu guía en el desquiciante rumbo de la escritura, por el cariño que no se le ve fin.

. Daniel: gracias por ser mi hermano de chocolate, por tu autógrafo anónimo en esa novela, por tu deliciosa amargura, porque me dejas quererte y ser parte de la locura.

. Rosa María: siempre serás mi mejor amiga, pase lo que pase. Gracias por ello.

. Jorge: gracias por la pancita, por la birria, por tu humor negro, tu corazón de pollo, por ser mi conejillo de Indias y uno de mis descubrimientos más valiosos.

. Clément: gracias por tu regalo de cumpleaños, por tu inexplicable cariño.

. Edgar: gracias por ser mi chango chulo.

. Pablo: gracias por estos días tan deslumbrantes e inquietantes. Me verás tomar el control, te llevaré a casa…lo prometo

 . Sépand: eres el hombre más talentoso que mi memoria recuerde, gracias por mostrarme a Saadi, por ser parte de mi biografía, gracias a ti París es más que una ciudad, a tu lado el arte posee trazos inigualables de calidez y corazón.

. Swan: eres un sueño hecho realidad, le has otorgado a mis días el soundtrack perfecto.

. Avi: Siempre nos quedará París, siempre, siempre.

. Nora: comadre, mi única y verdadera comadre, compañera de mil traumas y 20 años de amistad. Sólo tú me has visto crecer desde la tierra misma, como una planta salvaje.

. Grisdel: gracias por tus bofetones, por tus mentadas de madre. Nadie me ha expuesto a mi propia estupidez con tanta contundencia y claridad.

. Dalia: eres como una hermana, gracias por ese shabat, por permitirme querer a tus hijas, por tu dulzura y esa confianza que no pienso traicionar.

. Juan: hiciste de mi viaje a París una versión bastante lograda de Amelié, te adoro.

.  Ari: a ti te agradezco tu salvajismo literario, tu brutal inteligencia, por salpicarme de sarcasmo y talento etílico.

. Franck: No todo está escrito, me verás volver.

.Frank & Eli: con ustedes aprendí la lección de que romance aún vive en este mundo lleno de canallas. Que Roger Waters sigue uniendo continentes y oníricas travesías.

 . Julio: gracias por Copenhaguen, por Barcelona, por el barrio de nuestra infancia. Por los lazos irrompibles y la última noche.

. Rogelio: gracias por Replicante, por abrirme la puerta.

. Víctor C: gracias por ese himno que aún guía mis decisiones hacia lo correcto, gracias por el soundtrack redentor . . “I used to be bad, but Yes I used to be bad, But I ain't gonna be bad no more. Yes, I learned my lesson, you´re gonna reap just what you sow”

. Israel: sin ti, ni puta idea sabría como llorar con Cave y Cohen. Te quiero más que a mis ojos.

Finalmente, quiero agradecer a Fabrice Benais y a Malcolm McLaren. Ellos fueron el pretexto, el inicio de este maldito vicio. La prueba contundente que la diosa fortuna me tocó con sus sublimes dedos, que me tomó del brazo un día sin tener fecha aproximada para soltarme. Esperen a ver el chingadazo.

Amor y whisky para todos, va por cuenta de la casa.

América Pacheco.

*Ilustración cortesía del maestro Suehiro Maruo.



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