Oscar Fingal O'Flahertie Wills Wilde

viernes, 23 de julio de 2010

Ecce Homo (carta a mi padre)


Mi padre es ateo.



Tal vez esa no es la más esperanzadora de las líneas para empezar una carta, pero esa es la contundente realidad. La adoración de mi niñez siempre fue mi padre. Y creo que lo será siempre. Su quebradiza salud, lo obligó a pasar más tiempo con sus hijos que en una oficina ganándose la vida; mi madre lo padeció, pero yo lo disfruté cada segundo.

Él fue mi único dios y sus enseñanzas mi apócrifo evangelio. Gracias a él aprendí que el lugar donde nacimos y crecimos es indudablemente un lugar sagrado, que quién se conduce con inteligencia y veracidad siempre, aunque a veces resulte tortuosa, recibe la más duradera de las recompensas. Él me enseñó que mis ojos siempre ávidos debían mirar cuestionando, porque el escepticismo es el privilegio de la inteligencia, el dudar siempre nos lleva a la verdad (y sí, leyó a Descartes). Llenó mi infancia de libros y a él agradezco mi amor a la literatura. Su honestidad recalcitrante marcó el rumbo de mi infancia y que tanto agradezco en mi adultez. Su amor al rock y al cine me convirtieron en melómana y cinéfila desde muy pequeña. Él me vistió, me alimentó, me enseñó a ser franca hasta la impertinencia, me mostró que la única forma de vivir esta vida y no otra, es a base de pasión, lucha y esfuerzo.Me guió, y me amó con todas las fuerzas de su vibrante alma

El cáncer no pudo apagar jamás el fulgor de sus azules ojos. Recuerdo que cuando estaba embarazada de mi hijo Iñaki, él moría lentamente en oncología. Y recuerdo también esa última visita, ya que juré que sería la última vez que lo varía con vida. Me acerqué con auténtico temor y entonces recibí aquella dolorosa mirada. Simplemente me recorrió con esos ojos tan vacíos, acarició mi vientre con esa debilidad que nunca le conocí. Sus labios sólo murmuraron: “no claudiques, no temas, que tu corazón nunca pierda la ilusión, porque si creemos en ella, es cierta, indestructible.Una ilusión es el sable quieto y corta en rodajas el corazón, mi tiempo termina, pero en algún lugar turbulento seré el río que fluya lento a tu alrededor”

Después de 5 años de esa dolorosa despedida, alguien muy cercano a mi familia me dijo mientras comía en compañía de mis hijos: “qué parecida eres a tu padre, y tus nenes…son como pequeños clones del buen Víctor”. Sonreí y pensé con agrado que su maravillosa obra conmigo seguía rindiendo frutos. Que mis hijos adoren los libros, el rock, el gusto por el cine y opten por la verdad a bocajarro, nunca a medias, que cuestionen y que amen con todo lo que tienen, que defiendan lo que creen que es lo correcto y que naveguen por ese río que fluye lento a nuestro alrededor, es la prueba. Sólo dije un escueto “gracias” mientras acaricié al pequeño Iñaki, quien heredó los ojos del abuelo…y vi ese mismo brillo, resplandeciente de todo él, de mi héroe, de mi Dios, mi padre, mi madre y mi todo. No siempre las madres son del sexo femenino. Mis hijos, carne de su carne y sangre de su sangre, son mi mejor homenaje a él, su herencia y su legado

Feliz cumpleaños Papá, la vida no me alcanzará para agradecer a todos los dioses y a todos los demonios, seguir teniendo el privilegio de tu respirar. Te amo tanto... mi "Papillón".

América Pacheco. @amerikapa

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Un bello texto; la mejor herencia que puede dejar un padre a sus hijos es la inteligencia, el amor a sí mismo, y el respeto a los demás. Un padre ejemplar no necesita ser el mejor deportista, el hombre más rico económicamente, ó el político más poderoso. El compartir esos momentos con sus hijos los convierten en Heroes.

Me ha encantado tu texto, muchas gracias por compartirlo. Te envío un cordial saludo.

Atte: @mefistofelesmx

Unknown on 23 de julio de 2010, 12:36 dijo...

Me hiciste llorar!!!!!!!! =( así de fuerte lograste tocar las fibras de mi corazón, excelentee!!!!! y me pongo de pie para aplaudir, cada palabra, cada enunciado, todo el amor que encierra esta carta a tu Padre...A veces el hablar de nuestra familia, es hablar de palabras mayores porque generalmente no tenemos más que cosas buenas hacia ellos, sólo sentimientos que brotan así como así de lo que nos inspiran; pero me ha encantado tanto la carta a tu padre, que verdaderamente me quede en silencio, disfrute esa carta, porque mi Papá es así,un hombre duro en un difraz de adulto, fuerte, trabajador; pero cuando está conmigo es un niño con esa mirada brillante, con esa gracia para comentar sus travesuras, pero también la voz franca que escucha cuando algo pasa y lo percibe. Yo también aprovecho para decir que Amo a mi Papá!!!
Gracias por compartirnos!!! Un cordial Saludo, y un abrazo muy sincero.

@Hoku_shine. Teo =D

Anónimo dijo...

Agradezco mucho sus comentarios. Pensé mucho en publicar algo tan privado, pero al fin me decidí. Es un privilegio poder tocar el corazón de alguien, no tienen idea de la valía que tiene para esta mujer.

Un beso.

Efren Schwarz on 24 de julio de 2010, 11:30 dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Dato curioso: Papillón, es el apodo que le digo a mi apá desde niña. La razón es porque vi junto a él la película del mismo nombre "Papillon" protagonizada por uno de sus héroes Steve McQueen y el buen Dustin Huffman. Siempre me gustó ese vocablo, aunque signifique "mariposa" en francés.

 

Oh sí, también en FACEBOOK

Term of Use