Oscar Fingal O'Flahertie Wills Wilde

jueves, 4 de febrero de 2010

Twitteando en el SAVOY. *23er. Relato


Ahí estaba en el monitor de mi lap; titilando cual anuncio de neón de taquería: “RT @Doris @Nochenauta ¿Y estudias o trabajas? // jaja...no lindo...si yo fui vedette de uncabaret en el Centro” Mariposas en el estómago, sudor frío en la espalda y mi mente me llevó ipso facto aun cachondérrimo flash back... El Club Savoy de la calle de Bolívar era, fue y será único en su clase...de aspectotenebroso y de mala muerte era para este este amanuense una auténtica máquina del tiempo haciala época de ''La Carabina de Ambrosio''. En realidad nunca me preocupé por algún botellazo en la cabeza o puñalada traperaen la espalda; de hecho se corren más riesgos en estos días en una fiesta de preparatorianos oen el Bar-Bar, resides…los asiduos parroquianos (por decirles de alguna manera elegante) eranespecies de lo más variopintos que se podría uno imaginar. En las mesas pletóricas de chelas, limones y habas con chile departían jóvenesansiosos de sexosas anécdotas, empresarios de medio pelo dispendiando el gasto que se suponedebería llenar la despensa de sus hogares así como viejecillos padrotones apestando a JovanMusk Oil y presumiendo con nostalgia sus momentos más hard core. Pero por encima de todos ellos, de las zorritas melifluas, de los salserosescandalosos y del cantante de ranchero cuya buena onda brillaba por encima de su voz...estabaDoris Pavel. Mujer ya entrada en sus 40's, de rostro amable y risa sencilla era mi fantasíaerótica por excelencia, la había conocido a los 16 años, cuando el soft porno nacional todavíaera asequible en los puestos de periódicos en revistas donde salían cogiendo weyes con calzón. Mujer de tetas grandes, grandes...grandísimas, y a la cual acudía cada fin desemana al Savoy para verla cantar, hacer un show de stríptís cada hora y verla departir con losotros losers que como yo la deseábamos. Icono de mis fantasías preparatorianas y diosa sexosa de mis pensamientos másimpuros…la estuve visitando con mi habitual chelita por 3 años consecutivos; nunca me animé ainvitarla a tomar algo en mi mesa porque ¿qué chingaos le podría decir? ¿qué deseaba perdermeentre sus senos? ¿que anhelaba besar sus carnosos labios entre suaves mordiscos disfrazados?¿decirle que fue mi amante imaginaria toda mi pubertad? Ná!...eso sí que hubiese sido harto ridículo; por eso me conformaba con solo verlabailar, ver cómo se desnudaba y cómo su cuerpo se confundía con el humo de cada cigarro que seconsumía entre mis dedos. Y he aquí mi frustración...cuando por fin decidí ser un hombre y no un payaso yacudí bien machín una tarde de sábado al non santo lugar para invitarle una botella yproponerle perdernos en las frivolidades de la noche hasta donde el cuerpo (…y mi cartera ofcourse) aguantasen me entero ¡¡¡que ya no laboraba ahí!!! Armé un escándalo, llamé al gerente (me preguntaba si PROFECO sería competente eneste caso), a lo que el gentil reyezuelo del lugar y viendo mi ardidísima indignación, con unasonrisa que mostraba un diente de oro me espetó: ''Huyyy no, mai...si la Doris ya se jubiló, ya ningún cliente le invitaba nada y pus por esoque decide retirarse'' Esas lacónicas palabras sentenciaron el epitafio de una fantasía que vivió en mípor tres años, de la muerte de un sueño erótico que seguramente me hubiese provocado un placerculpable si esta pinche sociedad hipócrita y moralina en la cual vivimos se enterara de miprofunda atracción y deseo por una vedette de los 80’s. “RT @Nochenauta @Doris ¿Y estudias o trabajas? // Vedette cabaret Centro // ¿Y cómo se llamaba ése lugar?”

*Relato de "Nochenauta"
*Autor: Lord Giraldus @niniotroll

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