Oscar Fingal O'Flahertie Wills Wilde

lunes, 8 de febrero de 2010

Sin esperar demasiado. *48o. Relato.


Constantemente me la paso quitando la propaganda de los teibols y más madres del coche, creo que si las juntara podría tapizar casi toda mi casa, se vería poca madre.
Hace unos días, como siempre, vi unas propagandas en el vidrio nada fuera de lo común, pero había justo en la puerta a un lado de la cerradura, una tarjeta fosforescente que simplemente decía “Hola extraño, comunícate conmigo, Twitter: @labeleba99”, simple, con un diseño agradable, alce la vista y discretamente eche un ojo a todo el derredor, algunas personas caminando, un puesto de tacos en la esquina y nada mas. La guarde y la curiosidad me invadió, directamente me fui a la casa y prendí la computadora, creo q ni cene ese día, entre al Twitter y rápidamente le di follow después de ver su imagen, la verdad es q no tenia ningún seguidor y además marcaba 0 tweets.
Preferí mandarle un mensaje directo en lugar de uno público, la cosa se veía muy extraña. La respuesta tardo, ese día me acosté bien tarde y en balde, hasta el otro día que entre vi que tenia un mensaje, muy raro: “Hola corazón, que bueno que no la tiraras, y si, ya te había visto días antes, pero no me conoces, hasta pronto”. La cosa parecía una broma, pero decidí responderle que esperaba verla pronto.

Pasaron los días, y recibí otro que solo decía “Te veré el jueves, el precio lo discutimos ahí, tu dirás como”… me quede leyendo varias veces, ¿el precio de que? ¿de ella? ¿era una puta?, como que mi cabeza no atinaba a decidir que hacer. Creo mas por inercia le respondí que la invitaba a cenar, le di la hora y lugar.

Me sorprendió verla llegar, apareció en jeans y súper casual, nada extravagante con el usual tacón alto, micro falda, pintadas hasta las orejas y oliendo a perfume de 7 pesos el litro, la primera impresión al verla de lejos, solo fue una chava muy chida que se acercaba, es mas, hasta dije “Puta madre que no llegue en este momento esta puta”, aunque todavía tenia mis dudas de que estaba haciendo yo ahí; pero la chava se dirigió directo a mi y me saludó
“Hola corazón, te reconocí desde lejos”. Me quede callado, no se si alcance a decir algo antes de que se diera cuenta de mi confusión, pero no dijo nada al respecto,
“Hola… labeleba?” creo no tartamudee al menos.
“Hola” y me dio un beso entre la mejilla y mis labios, dejándome un aroma riquísimo, y una sensación extraña en el cuerpo.

La verdad es que me encanto desde el momento que la vi, cenamos bastante ligero, y después de un par de copas, la platica se puso divertida, cualquiera diría que éramos una pareja cualquiera celebrando un día mas.
Pedí la cuenta, sin hasta el momento haber hablado un ápice de en que negocio me estaba metiendo. Caminamos hacia el coche y no pude evitarlo, antes de abrirle, la tome por la cintura la bese en la nuca, ella no pareció sorprenderse y se volteo suavemente besándome el labio, mojándolo con delicadeza mientras me infligía pequeñas mordidas, sentí su aliento, su mezcla de perfume y vino, recargando nuestros cuerpos me di cuenta que no podía hacer mas, nos besamos un par de segundos hasta que el frío nos hizo meternos rápidamente al coche.

Apenas pude manejar, ella se mezclaba entre el volante, los pedales y el parabrisas, mordiendo insistentemente mi oreja, besándome el cuello, mientras sus manos se bajaban entre mi camisa y sentía sus dedos rozar mi abdomen. Milagrosamente pude estacionarme, bajarme y llegar hasta el cuarto sin voltearla sobre el cofre o desvestirla a mitad del camino.
Entramos al cuarto sin vernos, las luces se prendieron de manera automática, su cara era hermosa, su aroma me mantenía confundido.
Quería tenerla completamente, la jale de la cama y la lleve al baño, abrí la regadera con el agua caliente mientras reía y la besaba, la empuje y entre el agua, la ropa se perdió, el agua borraba todo rastro, pero su aroma era fascinante.
Sus pechos se apretaban contra de mi, mientras la acariciaba y besaba, con el vapor entre su boca y mi cuerpo, llegamos hasta la cama, solo recuerdo disfrutar cada centímetro de ella, su piel se disolvía entre mis dedos, mi mundo se apago.
Era de mañana cuando me descubrí aun abrazando un cuerpo desnudo, lo bese instantáneamente, aun estaba calido, aun olía maravilloso, no pude sino acariciarlo poco a poco sintiendo como respondía con mi tacto y parecía despertarse, se volvió y me sentí revivir la noche.

Se vistió con calma, mientras me decía que si no le mandaba un mensaje pronto lo lamentaría, mientras tanto sonreía, y hasta ese momento vi que sacaba otra tarjeta, solo me dijo “esta es mi cuenta del banco, se que me veras de nuevo”, me beso y me susurro “¿3,000 mil pesos se te hace poco?”, mi cerebro quiso decir QUE???, pero aun me sentía hervir y solo asentí con la cabeza, me aventó su tanga y se llevo mi camisa y calzones, “Tengo tu dirección, puedes llevarme otro día ahí”, y se fué.

Pensaran que no necesitaba pagarle, que pudiera haberme desaparecido, pero fue ella la que me buscó, fue ella quien sabia todo de mi, y era yo, quien necesitaba ese olor de nuevo. Nunca había visto un trabajo mas profesional, el cliente quiere regresar, se siente en casa, y es consentido sin moderación, ¿no es eso lo que todos desean? Ahora se que se puede vender un sueño, siempre hay compradores.
Hoy le mandare otro mensaje, solo espero que no tarde….


*Relato de "Gor Sed".
*Autor: Oliver Gamboa @Olivedurota

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